Sobre los lobos solitarios

Divagando, de nuevo, por los entresijos de las palabras de plomo; plomo pesado que agujerea el alma. Agujeros grandes y gratuitos que desvelan la naturaleza de todo animal.

Hoy me siento reflexivo, miro alrededor y tan sólo alcanzo a observar a una multitud de personas que parecen moverse por un patrón de conducta muy similar. Respuestas estereotipadas donde prima la comodidad sobre los deseos… donde la creatividad es el chivo expiatorio al cual se puede culpar por intentar mostrar alternativas, por ofrecer una visión caleidoscópica de la existencia. Frente a mí un sinfín de manos que pulen, que sacan brillo a un paredón donde se ajusticia con palabras de plomo. Lo peor es cuando el verdugo es un cráneo privilegiado, el cual actúa como matarife perfecto e idóneo; porque, en definitiva, por mucha luz que irradien unos pocos, no dejan de ser humanos… demasiado humanos… como todos.

Y es que, en esta ciudad de bajas pasiones, todo tiene un precio, un reclamo, un valor… un momento para transgredir las normas, para luego acatarlas y mostrarse condescendiente a las mismas. En esta vida hay dos tipos de personas, aquellas que son felices soñando con el cambio y, que internamente saben que con ese bienestar les basta; y las que necesitan cambiar para comprender lo que les rodea, sentir que son participes de lo que los otros llaman destino.

Por lo tanto, de un lado están los bellos animales que poseen la crin tersa y suave… cepillada, al viento… portando a caballeros y damiselas de armaduras de plomo, relucientes y esbeltas… de yelmo cerrado, donde no se puede entrever la expresión que portan como estandarte. Del otro lado están los solitarios, desdentados por los innumerables mordiscos a los estamentos que normalizan y dirigen el camino, magullados y agujereados… lobos en busca de lobos… pues no existe lobo capaz de salir indemne del ataque de sus bellos congéneres, los de las crines tersas…

Y es que de este lado, el mío… compartimos colchón meretrices, poetas, librepensadores, lobos y otras hierbas que actuamos como antítesis de lo que se nos muestra como aparente verdad. Son demasiados tiros dados con esas palabras plúmbeas, como para detenerse ahora.

Este es un nuevo testimonio, de un lobo rabioso y solitario, que como cualquier demonio que pretenda sobrevivir; se alumbra con los distintos infiernos que le rodean… no hay dos sin tres pero no cejaré hasta el fin de los días…


Dani Becerra

~ por dannibeccerra en julio 24, 2011.

2 respuestas to “Sobre los lobos solitarios”

  1. Yo soy de esos que no me creo lo quieren hacerme creer. Es uno de los motivos por los que decidí dejar de ver la televisión porque, hasta cuando nos informan del tiempo que va a hacer en los próximos días, nos mienten descaradamente.
    Dani, te expresas tan bien que tengo que leerme tus entradas al blog muy despacio para no perderme jeje.
    Animo y sigue escribiendo asi.

    • Los dos sabemos de qué lado estamos… eres un excelente compañero de viaje. No les pondremos fácil a los animales de las crines tersas esta intensa lucha… un fuerte abrazo amigo.

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